Cuando las emociones nos pesan más que los kilos...

OSHO: SENTIMIENTOS NEGATIVOS RESPECTO AL CUERPO


Pregunta:

“No me acepto a mí mismo, en especial no acepto mi cuerpo”.

OSHO: Si tienes una idea predeterminada respecto a cómo debería ser el cuerpo, serás desdichado. El cuerpo es como debería ser. Si tienes una idea preconcebida, sufrirás un desengaño; olvida tal idea.

Éste es el cuerpo que tienes; es el cuerpo que Dios te dio. ¡Úsalo… disfrútalo! Y si empiezas a amarlo, empezará a cambiar, porque si una persona ama su cuerpo, quiere decir que lo cuida, y el cuidado es fundamental. 
Entonces no lo atiborrarás de comida innecesaria, porque lo cuidas. Entonces no lo privarás de alimento, porque lo cuidas. 
Entonces no lo privarás de alimento, porque lo cuidas. Escuchas sus exigencias sus indicaciones: lo que quiere, cuándo lo quiere. 

Cuando lo cuidas, cuando lo amas, estás en armonía con el cuerpo, y éste automáticamente se pone bien. 

Si no te gusta tu cuerpo, surgirá el problema, porque poco a poco serás indiferente a él, negligente, porque, ¿a quién le importa un enemigo? No lo mirarás; tratarás de evitarlo. Dejarás de escuchar sus mensajes, así lo odiarás aun más.
El problema lo creas tú. El cuerpo nunca crea ninguno; es la mente la que los crea. Es una idea de la mente. 

Ningún animal sufre por ninguna idea respecto al cuerpo, ninguno… ¡ni siquiera el hipopótamo! Ninguno sufre; son absolutamente felices porque no existe una mente que cree ideas. De lo contrario, el hipopótamo pensaría: “¿Por qué soy así?”. Pero no se plantea tal cosa.

Olvida cuál es el ideal. Ama tu cuerpo, es un regalo de Dios. Tienes que disfrutarlo y cuidarlo. Cuando lo cuidas, haces ejercicio, comes, duermes. Lo cuidas porque el cuerpo es tu instrumento, igual que tu auto al que limpias, del que escuchas cualquier zumbido –tratas de saber si algo le funciona mal- ¿no? Al menor arañazo te preocupas por el auto. Cuida el cuerpo con mimo y éste será hermoso. ¡Ya lo es! 

Es un mecanismo tan magnífico, tan complejo, trabaja con tal eficacia que durante setenta años no deja de funcionar; no deja de servirte. Uno debería estar agradecido con el cuerpo.
Si cambias de actitud verás cómo en seis meses tu cuerpo ha cambiado su forma. 

Es parecido a cuando te enamoras de una mujer y la observas: resulta hermosa inmediatamente. Puede que no se haya preocupado por el cuerpo hasta el momento, pero cuando un hombre se enamora de ella, empieza a cuidarlo. Se pone ante el espejo durante horas.. ¡porque alguien la ama! Pues es lo mismo: si amas a tu cuerpo, enseguida verás que empieza a cambiar. Se le ama, se le cuida, se le necesita. Es un mecanismo muy delicado; pero la gente lo usa crudamente, con violencia. 

¡Cambia tu actitud y verás!


Técnica del espejo:

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