Ejercicio muy poderoso que se podrá realizar muy a menudo y con mucho beneficios.
La reconciliación de polaridades es lo que crea la mayor fuerza de cambio en nuestras vidas.
1. Identificar las polaridades no integradas.
Masculino /femenino, lógica/emoción, racional/intuitivo, creencias infantiles/creencias adultas, pasado/futuro, dependencia/autonomía, confianza/desconfianza, izquierda/derecha, sumisión /autoridad, agresividad /ternura, etc.
2. Sentir las dos polaridades.
Se coloca una polaridad en la palma de cada mano.
Mirando la palma izquierda, averigua como es esta polaridad:
Su forma, tamaño, color, material, temperatura.
Luego hace lo mismo con la otra polaridad, en la mano derecha.
Después, imagina que se pone en una de las polaridades, se transforma en ella y responde a esas preguntas:
- ¿Qué veo, oigo, siento? siendo este parte, con qué lo asocio.
- ¿Para qué sirvo, cual es mi función? ¿Para qué esta función? Hasta llegar a un objetivo superior.
- ¿Cuáles son mis cualidades intrínsecas?
- ¿Hay alguna oposición, diferencia, entre yo y la otra polaridad?
- ¿Cuáles es la situación desde mi punto de vista?
3. Diálogo entre las dos polaridades.
Imaginas el diálogo entre las dos polaridades
Te reprocho…
- Si no existieras ...
- Si fueras distinto, un poco más tal, un poco menos cual ..., me gustaría más porque ...
Sin mirar ninguna de las dos polaridades, la persona identifica esta misión común y la comunica a cada parte, se la explica hasta que ambas reconocen y aceptan la intención positiva de la otra.
5. Aceptar la otra polaridad
De nuevo las dos polaridades se hablan:
- En ti valoro...., me doy cuenta que te necesito por ...
- Obtener un acuerdo congruente de las dos partes para combinar sus recursos y alcanzar los objetivos de cada una de ellas y la misión común. Por lo general, las partes habrán dudado o se habrán indispuesto la una contra la otra por no tener esos recursos. Por esta razón parecen extrañas y sin control.
La persona va a acercar lentamente las dos manos, hasta que las dos polaridades se fusionan, y vas observando en qué se han transformado las dos partes.
Ahora va acercando sus dos manos a su pecho, hasta integrar en su cuerpo esta nueva realidad, consciente de la transformación de cada una de sus células y dejándose invadir por la nueva energía que le embarga.