Cuando la sensación de ser o haber sido abandonad@ en nuestro pasado, más o menos lejano, constituye un estado anímico, más o menos reprimido, y que aún está en actividad en las profundidades de nuestro inconsciente...
Estar solo en la naturaleza equivale a una muerte segura (biológicamente hablando) y así nuestro sistema de protección arcaico ejecutará muy efectivamente los mecanismos de defensa y protección.
Ante una profunda sensación de sentirse solo e incomprendido en un mundo adverso, sentirse solo ante un peligro, o de un derrumbe de los referentes (la pérdida de un trabajo, un divorcio, irse a vivir a un país extranjero...) hasta ahora bien establecidos, la función renal y los canales colectores en particular, se cerrarán para retener el máximo de agua posible.
El agua es indispensable en la vida y existe una relación directa entre nuestras emociones y el agua que contiene nuestro organismo (alrededor del 80%)
Esta solución biológica es sólo temporal y cuando el conflicto está resuelto, la retención de agua en nuestro cuerpo ya no tiene porqué seguir, así que nuestra misión será encontrar ese sentimiento de soledad que hemos reprimido.
Las frases clave para buscar en tu línea de tiempo serán: "Lo he perdido todo" "No me queda nada" "Me siento muy sol@ en este mundo" "Tengo que luchar por existir" "Me siento vací@ y no sé qué hacer con mi vida" "Vivo en un clima de peligro permanente" "Me siento insegur@"
Cuando encuentres el momento exacto del conflicto, déjatelo sentir, no lo reprimas ni te juzgues, llora, patalea, pégale al cojín... Saca toda esa emoción a flote hasta que ya no te quede más energía. Entonces vete a un momento de tu vida en el que te hayas sentido segur@ de tí mism@, rodead@ de gente que te amaba y lleva esa emoción al primer momento. Siente cómo cambia tu percepción de las cosas y cómo literalmente te quitas un peso de encima.
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